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La Comisión Europea ha adoptado un nuevo y ambicioso paquete fiscal para garantizar que la política tributaria de la UE respalde la recuperación económica de Europa y su crecimiento a largo plazo. El paquete de medidas se asienta sobre la equidad y la simplicidad, dos pilares que van de la mano. Una fiscalidad justa sigue siendo una de las prioridades fundamentales de la Comisión Europea, al tratarse de un medio de protección de los ingresos públicos que desempeñará un papel destacado en la recuperación económica de la UE a corto plazo y en su prosperidad a largo plazo.

El paquete de medidas adoptado el 16 de julio de 2020  pretende impulsar la equidad tributaria reforzando la lucha contra el abuso fiscal, poniendo coto a la competencia desleal en este ámbito y aumentando la transparencia fiscal. En paralelo, centra su atención en la simplificación de las normas y los procedimientos fiscales, con el fin de mejorar el entorno empresarial en toda la UE. Entre las medidas previstas en este contexto figura la de eliminar los obstáculos fiscales y las cargas administrativas que recaen sobre los contribuyentes en muchos sectores, de tal modo que a las empresas les resulte más fácil prosperar y crecer en el mercado único.

El paquete fiscal se compone de tres iniciativas separadas, pero relacionadas entre sí:

El paquete fiscal adoptado es la primera parte de una agenda fiscal de la UE exhaustiva y ambiciosa para los próximos años. La Comisión trabajará también en un nuevo enfoque de la fiscalidad de las empresas para el siglo XXI que aborde los retos de la economía digital y asegure que todas las multinacionales paguen los impuestos que les correspondan. En el contexto del Pacto Verde, la Comisión presentará propuestas para asegurar que la fiscalidad respalde el objetivo de la UE de alcanzar la neutralidad climática en 2050. El objetivo de este enfoque multifacético para reformar la fiscalidad de la UE es que la tributación sea más justa, más ecológica y más acorde con la economía moderna, y, de este modo, contribuya a un crecimiento a largo plazo sostenible e inclusivo.

Fuente: Comisión Europea